Como un debilitado sector por su crisis económica, pero que cada día coge más fuerza como movimiento y suma voces a su protesta, se mostraron la semana pasada los caficultores del país, quienes están dispuestos a asumir los costos de un nuevo cese de actividades, y que además captaron la atención de otros agricultores para exigir juntos soluciones al Gobierno.

Y es que detrás de un grupo de más de 130 mil campesinos que en febrero se unieron para exigir precios de venta justos, subsidios, apoyos en los créditos bancarios, ayudas con insumos, entre otros, está su decepción por los incumplimientos de esos pactos, su convicción de que un nuevo paro es necesario y de que el Gobierno es el único que puede evitarlo, “si cumple”.

Estos puntos hacen parte del pliego de peticiones que el gremio incluyó en el acuerdo firmado el pasado 8 de marzo para levantar el paro nacional, que duró doce días.

Y mientras el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, asegura que sí se han respetado los puntos acordados, y ha resaltado en varias ocasiones que “esta es la suma más grande en la historia de Colombia que se ha destinado para garantizar el ingreso de los productores de café (900 millones en el presupuesto del 2013)”, el gremio cafetero no opina lo mismo.

Óscar Gutiérrez, líder del Movimiento por la Defensa y la Dignidad Cafetera, dijo que a todos los cafeteros que llegaran a vender su producto, se les prometió una entrega inmediata del PIC (Programa de Protección del Ingreso Cafetero), equivalente a 145 mil pesos por cada carga de café de 125 kilos, “pero solo se lo pagaron a 260 mil caficultores, ¿y los otros 300 mil que sobran qué? ¿Es que ese café no vale?”, cuestionó Gutiérrez.

El líder agregó que cuando le preguntan a la Federación Nacional de Cafeteros por qué no se les ha pagado a esas personas, esta “no tiene explicaciones satisfactorias”.

Gutiérrez resalta otro tropiezo. “Ahora dijo la Federación que no recibe facturas de cobro que tengan más de dos meses, entonces el cafetero que haya guardado su factura, para momento que necesite su plata, ¿la va a perder? ¿Acaso el café que vendió es falso?”.

Además, afirmó que se está aplicando el pago del PIC con base en unas estadísticas diferentes a las que maneja el campesino. “El hombre produce 25 cargas y solo le pagan por 20, ahí ya entra perdiendo”, señaló.

Por otro lado, la deuda cafetera, que también se nombró en el pacto, según Gutiérrez, “está llena de trabas”.

“Uno sale contento de la reunión cuando firma el acuerdo, pero apenas el primer caficultor va al banco, le piden fiadores, le dicen que las garantías ya están vencidas y que necesita el visto bueno de la Federación para que le refinancien su deuda”.

Y la lista sigue. El líder del movimiento cafetero aseguró que no se ha dicho nada sobre el apoyo con insumos y fertilizantes, las amenazas por importaciones de café, la minería en zona cafetera o la reestructuración de la Federación que el gremio reclama, “y ni hablar del Sica (Sistema de Información Cafetera) y los problemas con los cafeteros que no tienen cédula”, dijo. “Esas son las cosas nos llevan a decir que el Gobierno está incumpliendo”.

El paro del agro

Con el anuncio de los caficultores de un nuevo paro el próximo 19 de agosto, el Gobierno enfrenta otro agravante, y es que ahora se sumarían los cacaoteros, paneleros, arroceros y otros productores que también alegan falta de apoyo por la crisis que atraviesan.

“Como el Gobierno también le ha incumplido a otro montón de gente del agro, ahora le va tocar resolver los problemas juntos”, afirmó Gutiérrez.

El 15 de julio los cafeteros se reunirán nuevamente para confirmar la asistencia de otros grupos.

“Ya contamos con los arroceros del Meta y Casanare, estamos esperando la respuesta de los cultivadores de Córdoba, los sectores del cacao, la panela, la papa y la caña de azúcar”, dijo el caldense.

Ese día también se hablará sobre la logística del paro y se estudiarán nuevos sitios de concentración.

Por último, frente al rechazo que, en repetidas ocasiones el Gobierno ha manifestado por las vías de hecho, Gutiérrez enfatizó que “todos estaríamos de acuerdo en que las vías de hecho no son la solución, siempre y cuando las vías del derecho sí lo fueran. Pero lo cierto es que se hacen los acuerdos, que se suponen, están protegidos constitucionalmente, y los incumplen”. Por eso, reiteró el caldense, “el nuevo paro no depende de nosotros, sino del Gobierno”.

Una asamblea memorable

Los cafeteros que apoyaron la medida están dispuestos a asumir los costos de un nuevo cese de actividades en sus fincas, posición que se reflejó en la asamblea que, para Óscar Gutiérrez, líder del Movimiento por la Defensa y la Dignidad Cafetera, fue “la más grande en la historia de la unidad cafetera, incluso, más grande que la de Riosucio (Caldas), donde nacieron las asambleas”.

Gutiérrez aseguró que “el hecho de que hayan ido mil personas, cafeteros, paneleros, entre otros, a Armenia (Quindío), quiere decir que la gente está indignada”, dijo. “Es que 50 personas no se vienen desde Nariño porque les gusta pasear. La gente votó el paro de manera abrumadora”, subrayó.

Fuente: El Tiempo